Pues bien, en el momento de tu llegada el perro está justo al otro lado de la puerta esperando para desatar toda su fecilidad dando saltos de alegría, girando sobre sí mismo o intentado alcanzar la cara para dar algún que otro lametazo.
El neurólogo y científico Gregory Berns consiguió que los perros realizaran de manera voluntaria los escáneres de resonancia magnética, cosa que otros científicos no lograron debido a que las máquinas emiten un sonido desagradable para los canes, cosa que no toleraban, es por ello que había que sedarlos. Resaltar que las pruebas son más fiables cuando los perros están despiertos.
Según un estudio del citado neurólogo Berns, los perros prefieren buscar ayuda en los humanos que en otros seres de su misma especie, debido a que son conscientes de que contamos con recursos de los que ellos carecen.
Berns comprobó que el olor de un humano familiar provoca un estímulo incomparable al resto de olores, incluídos los olores de otros perros y fragancias. Afirma que "guardan una parte del cerébro sólo para nosotros".
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